Impactos, adaptación y vulnerabilidad de los ecosistemas andinos y estrategias de adaptación

Además de los bienes y servicios vitales que brindan a las personas que habitan las montañas y los territorios ríos abajo, las montañas son la fuente de agua de más de 2,000 millones de personas en el planeta y dos tercios de la agricultura de regadío depende de las contribuciones esenciales de escorrentía de las montañas (Adler, C. y otros, 2022).
Los impactos del cambio climático en las montañas y la influencia humana aumentaron en las últimas décadas con consecuencias graves para la población, los ecosistemas, la infraestructura y la economía. Los principales cambios que se observan son el aumento de las temperaturas en los patrones climáticos estacionales, reducciones en la extensión y duración de la capa de nieve a baja altura, pérdida de masa glaciar, aumento del deshielo del permafrost y aumento en la cantidad y tamaño de los lagos glaciares (Adler, C. y otros, 2022).
Desde los ochenta, se ha perdido del 30% a más del 50% de los glaciares en los Andes. Como consecuencia, se produce la deglaciación, la reducción de precipitaciones y alteración de las temporadas de lluvias, los cambios en el momento de descarga de glaciares y arroyos de deshielo en el inicio de estaciones. Ello afecta a los ecosistemas, el ciclo, recursos y disponibilidad de agua. Asimismo, también repercute sobre los medios de vida, como el turismo, la recreación de invierno, y, especialmente, a la agricultura de subsistencia y de secano. Con la reducción de producción agrícola y superficies de cultivo, empeoran los impactos en los medios de vida rurales, en particular para los pequeños y medianos agricultores y los pueblos indígenas en las montañas. Esta compleja situación compromete la seguridad alimentaria en los Andes (Castellanos et al., 2022).
Los riesgos atribuidos al cambio climático en la región se están convirtiendo en riesgos severos. Estos riesgos se observan en el aumento de huaicos, deslizamientos, inundaciones, así como el aumento de plagas y la disminución de la diversidad de polinizadores. Los efectos combinados del cambio climático, el desarrollo hidroeléctrico y otras intervenciones humanas contribuyen también al aumento de tensiones y conflictos por el agua y la injusticia social, influyendo negativamente en la producción general, la diversidad dietética y nutricional (Adler, C. y otros, 2022).
La planificación de la adaptación en los Andes necesita manejar los cambios inevitables y notorios en la distribución de las especies terrestres. Según el sexto informe de evaluación del grupo 2 del IPCC, se proyecta que hasta el 85% de los sistemas naturales (especies de plantas y animales, hábitats y comunidades) en América Central y del Sur, importantes por su biodiversidad, se verán afectados negativamente por el cambio climático.
Además, junto a los efectos del cambio climático, el cambio antropogénico del uso del suelo, particularmente la deforestación, aumentan la vulnerabilidad de los ecosistemas terrestres a los eventos climáticos extremos y los incendios. Estos efectos combinados tienen un impacto negativo directamente en la salud humana, el funcionamiento de los ecosistemas, estructura de los bosques, seguridad alimentaria y medios de vida de las comunidades dependientes de estos recursos (Castellanos, E. y otros, 2022).
Ante los escenarios climáticos, muchos glaciares pequeños y de baja elevación en todo el mundo perderán la mayor parte de su masa total.

La crisis climática produce cambios profundos y pérdidas irreversibles en las regiones montañosas con consecuencias negativas para los modos de vida y la identidad cultural. Las regiones que dependen en gran medida del deshielo de los glaciares y la nieve para el riego enfrentan un suministro de agua errático y una mayor inseguridad alimentaria.
Las medidas de adaptación efectivas son mayormente incrementales y se centran en los sistemas de alerta temprana y la diversificación de las estrategias de subsistencia en la agricultura, el pastoreo y el turismo en pequeña escala. El desplazamiento de las especies puede permitir que algunas persistan en una región, aunque puede presentar una amenaza para las especies adaptadas al frío, incluidas las endémicas, que pueden verse superadas. Las especies no autóctonas invasoras pueden convertirse en un problema cada vez mayor en algunos lugares. Una gran mayoría de las especies endémicas de montaña estarán en peligro de extinción, al no poder trasladarse a zonas con elevaciones más altas u otros lugares más fríos; aunque las regiones montañosas también pueden actuar como refugio para algunas especies de elevaciones más bajas, si logran trasladarse a ellas (Adler, C. y otros, 2022).
La gestión del riesgo de desastres, articulada a la adaptación al cambio climático y la reducción de riesgos cotidianos o crónicos (como los de las personas en situación de pobreza), es el reto estratégico para lograr una gobernanza que contribuya al desarrollo sostenible y resiliente al clima. Esto es crucial para los hacedores de política en la región andina (Miranda, L. 2022).
Las estrategias de gestión de riesgos que integren mejor las necesidades de adaptación de todos los sectores y poblaciones afectadas, que tengan en cuenta las diferentes percepciones de riesgo, se basen en múltiples y diversos sistemas de conocimiento (incluido el conocimiento indígena y local) son condiciones cruciales para reducir la gravedad del riesgo y evitar que las emergencias y los desastres continúen afectando, en forma sistemática y recurrente, a las mismas poblaciones ya empobrecidas y afectadas.
Según el sexto informe de evaluación del IPCC, la adaptación incremental —— y en desarrollo al momento — es insuficiente, tiene límites y puede conducir a una mala adaptación que desencadene efectos no deseados que aumentan el riesgo. Por ello, es necesario aumentar el conocimiento sobre los impactos, las formas de cómo cambiar el régimen de riesgo con justicia y equidad, y reconfigurar la gobernanza hacia procesos de transformación adaptativa.
Referencias
Castellanos, E., M.F. Lemos, L. Astigarraga, N. Chacón, N. Cuvi, C. Huggel, L. Miranda, M. Moncassim Vale, J.P. Ometto, P.L. Peri, J.C. Postigo, L. Ramajo, L. Roco, and M. Rusticucci, 2022: Central and South America. En: Climate Change 2022: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [H.-O. Pörtner, D.C. Roberts, M. Tignor, E.S. Poloczanska, K. Mintenbeck, A. Alegría, M. Craig, S. Langsdorf, S. Löschke, V. Möller, A. Okem, B. Rama (eds.)]. Cambridge University Press. In Press.
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Dodman, D., B. Hayward, M. Pelling, V. Castan Broto, W. Chow, E. Chu, R. Dawson, L. Khirfan, T. McPhearson, A. Prakash, Y. Zheng, and G. Ziervogel, 2022: Cities, Settlements and Key Infrastructure. In: Climate Change 2022: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [H.-O. Pörtner, D.C. Roberts, M. Tignor, E.S. Poloczanska, K. Mintenbeck, A. Alegría, M. Craig, S. Langsdorf, S. Löschke, V. Möller, A. Okem, B. Rama (eds.)]. Cambridge University Press. In Press.
Miranda, Liliana (2022). La Gestión Integrada de la Reducción de Riesgos de Desastres en Perú, Revista Actualidad Gubernamental, Febrero, 2022, Perú